Cuántas veces a la semana deben bañarse los adultos mayores, según expertos
En esta etapa de la vida, la piel se vuelve más frágil y requiere de mayores cuidados
Las capas de la piel van perdiendo fuerza con el pasar del tiempo. Crédito: sabinevanerp | Pixabay
Con la llegada del envejecimiento, aparecen cambios físicos, pero también relacionados con la rutina que se tiene cuando se es más joven. Las necesidades específicas del cuerpo también cambian, especialmente cuando pasan los 65 años.
Muchos ancianos pueden sufrir problemas de movilidad y que necesiten ayuda en tareas tan importantes y vitales como la higiene diaria. Y es que, son muchas las circunstancias que complican la higiene completa de una persona mayor.
Es por ello que se recomienda, como mínimo, crear una rutina que se centre en el lavado de cara y manos, así como la zona genital y anal. Estos son hábitos que permiten un envejecimiento saludable, acompañado con ejercicio moderado.

Ducharse 3 veces por semana
Expertos recomiendan que las duchas de las personas mayores o baños sean al menos de 3 veces por semana. Dada la fragilidad de la piel en estas edades es aconsejable utilizar productos neutros y secar muy bien la piel sin dejar humedad en los pliegues.
La higiene personal en la tercera edad juega un papel incluso de mejora de la autoestima, ya que mejora el ánimo. Aunque puede ser complicada cuando existen problemas de movilidad o si la persona vive sola.
Es por ello que la recomendación es 3 veces por semana, lo que se acompaña con una higiene diaria, como se mencionó anteriormente, zona genital, cara y manos. También es importante la limpieza bucal, el cepillado de la lengua y el paladar.

Los adultos mayores comparten la necesidad de cuidarse, al igual que niños o adultos, es por ello que las rutinas de higiene deben adaptarse a las características y requerimientos de cada etapa, especialmente en la vejez.
De acuerdo con el portal de salud MedlinePlus, al llegar el envejecimiento, la capa externa de la piel se adelgaza, salen arrugas, se pierde elasticidad y fuerza, los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles y suelen salir verrugas y otras imperfecciones.
“Las personas mayores tienen la piel más fina y seca, que está tirante y pica más que las personas más jóvenes. Esta fragilidad de la piel requiere una adaptación de los hábitos de higiene“, explicó Sylvie Meaume, dermatóloga y jefa del departamento de Geriatría, Heridas y Curación del Hospital Rothschild, en París.
En ese sentido, el baño diario no se recomienda porque la piel, que actúa como una barrera entre el cuerpo y el entorno, pierde colágeno, elasticidad y capacidad de regeneración. El uso frecuente de agua caliente y productos de higiene agresivos pueden dejar consecuencias, como una piel reseca, agrietada y propensa a imperfecciones.