3,000 autos a la deriva: fuego en carguero desde China
Un buque portacoches que transportaba 3.000 vehículos desde China, incluidos 800 eléctricos, sufrió un grave incendio en el Océano Pacífico
Chevrolet Onix. Crédito: Chevrolet. Crédito: Cortesía
Lo que parecía ser otro viaje más a través del Océano Pacífico se transformó en una pesadilla flotante. El Morning Midas, un buque RoRo (roll on/roll off) cargado con 3,000 vehículos nuevos —800 de ellos eléctricos— se convirtió en el centro de atención internacional tras declararse un incendio a bordo mientras navegaba cerca de la costa de Alaska.
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El incidente no solo ha causado graves daños materiales, sino que ha reabierto el debate sobre los riesgos del transporte marítimo de automóviles, particularmente aquellos equipados con baterías de alta capacidad.
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Los mares son hoy auténticas autopistas comerciales. Cada día, miles de barcos recorren las rutas globales transportando alimentos, productos electrónicos, petróleo, gas y coches.
Muchísimos coches. China, como principal exportador de vehículos eléctricos del mundo, ha encontrado en los buques RoRo su principal vía de distribución. Estos gigantes flotantes pueden cargar miles de unidades en un solo trayecto, y cada vez más fabricantes —como BYD o MG— apuestan por tener sus propias flotas dedicadas.
Pero el accidente del Morning Midas demuestra que este modelo logístico no está exento de riesgos.
El incendio y la evacuación
El 26 de mayo, el buque partió del puerto de Yantai, en China, con rumbo a Lázaro Cárdenas, en México. Apenas unos días después, y cuando navegaba en aguas cercanas a Alaska, la tripulación detectó humo saliendo de una de las plataformas de carga.
Las primeras investigaciones apuntan a que el fuego se originó en la zona donde se almacenaban los coches eléctricos, aunque aún no se ha confirmado si fue uno de ellos el desencadenante.
A bordo viajaban 22 tripulantes, todos ellos evacuados a tiempo sin que se reportaran heridos. La operación de rescate fue coordinada por las autoridades marítimas estadounidenses, que rápidamente movilizaron equipos desde la costa de Alaska para asistir al carguero.
Según un portavoz de Zodiac Maritime, operadora del barco: “El incendio fue detectado de manera oportuna, pero debido a la naturaleza de los materiales transportados, no pudo ser contenido con los medios habituales”.
El Morning Midas fue construido en 2006 y navega bajo bandera de Liberia, un país frecuentemente elegido por razones de conveniencia fiscal y regulatoria. Está operado por la firma londinense Zodiac Maritime, que en los últimos años ha ampliado su presencia en rutas de comercio entre Asia y América.
Un transporte cada vez más frecuente, pero también más complejo
El siniestro pone de manifiesto los desafíos que plantea el auge del coche eléctrico en la logística internacional. En palabras sencillas: transportar autos eléctricos no es lo mismo que mover vehículos con motor de combustión.
Las baterías de iones de litio, que almacenan grandes cantidades de energía, son susceptibles a sobrecalentarse y arder si se dañan o si existe un defecto de fábrica.
Los incendios en baterías de este tipo son especialmente difíciles de extinguir. Se calcula que para sofocar las llamas de un solo coche eléctrico se necesita hasta 36 veces más agua que en el caso de un coche convencional. Y eso, en medio del océano, supone un problema mayúsculo.
Según la naviera, aún no está claro qué marcas de automóviles iban a bordo del Morning Midas, aunque el punto de origen —China— hace sospechar que podrían ser unidades de BYD, SAIC (MG), Geely o incluso algunas para marcas occidentales que ensamblan en territorio chino.
Aunque el tráfico de barcos portacoches se ha incrementado notablemente en los últimos años, la mayoría de los viajes transcurren sin problemas. Sin embargo, cuando ocurre un incidente como el del Morning Midas, las alarmas se disparan.
¿Están preparados estos buques para lidiar con emergencias de este tipo? ¿Se están tomando las precauciones adecuadas con las nuevas tecnologías?
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