Un aerosol nasal podría retrasar el Alzheimer
Un hombre con Alzheimer recibe un tratamiento nasal experimental que reduce la inflamación cerebral. Podría abrir nuevas vías contra la demencia
Crédito: Josep Suria | Shutterstock
Joe Walsh, un hombre diagnosticado con Alzheimer, se ha convertido en el primer paciente en recibir un tratamiento experimental que podría marcar un antes y un después en la lucha contra esta enfermedad neurodegenerativa.
El tratamiento, que se istra mediante un aerosol nasal, contiene un anticuerpo monoclonal diseñado para reducir la inflamación cerebral, un componente clave que agrava los síntomas del Alzheimer a medida que progresa.
Desarrollado por el neurólogo Howard Weiner en colaboración con la empresa Tiziana Life Sciences, este fármaco llamado foralumab ha mostrado resultados prometedores en otras enfermedades inflamatorias como la esclerosis múltiple (EM). Ahora se prueba en pacientes con Alzheimer, en quienes la inflamación del cerebro se reconoce como un factor crítico en el deterioro cognitivo.
La historia de Joe con la enfermedad comenzó en 2017, cuando su esposa notó que empezaba a tener dificultades para expresarse. Las palabras le faltaban y los pensamientos quedaban incompletos.
Tras visitar a un médico de cabecera, fueron referidos a un neurólogo, y en 2019, una exploración cerebral confirmó la presencia de extensas placas amiloides, signos característicos del Alzheimer. La pandemia del COVID-19 complicó sus opciones, ya que muchos ensayos clínicos fueron suspendidos y, cuando se retomaron, Joe ya no cumplía con los criterios de inclusión.
Fue a finales de 2024 cuando la suerte cambió. El Dr. Seth Gale, neurólogo del Mass General Brigham, encontró un estudio que requería un paciente con Alzheimer moderado. Gracias a una autorización especial de la FDA bajo el programa de “ ampliado”, Joe pudo recibir el tratamiento que hoy abre una nueva ventana de posibilidades.
La inflamación y el alzheimer
El foralumab no actúa sobre las placas amiloides ni sobre los ovillos de tau, las dos marcas más estudiadas del Alzheimer. En cambio, apunta a la inflamación, un proceso que ha recibido menos atención, pero que se sabe agrava la progresión de la enfermedad.
La teoría del Dr. Weiner es que el medicamento estimula la producción de células inmunitarias reguladoras que frenan la acción de la microglía, el sistema inmunológico del cerebro.
Aunque no hay garantía de que reducir la inflamación revierta los problemas de memoria y cognición, los escaneos cerebrales muestran una mejora clara en los niveles de inflamación en el cerebro de Joe.
Seis meses después del inicio del tratamiento, su condición cerebral ha mejorado en ese aspecto. Falta por ver si eso se traduce en mejoras cognitivas.
Durante una evaluación cognitiva, Joe responde su nombre con claridad, pero no logra identificar a su esposa por su nombre, aunque sí la reconoce como su compañera de vida. Joe parece más animado, más sociable, y ha recuperado parte de su sentido del humor. Ella confiesa que aún con pequeñas señales de progreso, mantiene viva la esperanza de que este tratamiento represente un avance real.
A finales de este año, se espera el inicio formal de un ensayo clínico con foralumab para la enfermedad de Alzheimer. Si los resultados son alentadores, este tratamiento podría sumar una nueva herramienta en la difícil tarea de detener una enfermedad que, hasta ahora, ha desafiado todos los tratamientos conocidos.
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