Escuelas públicas chárter abren puertas universitarias para inmigrantes
Muchos de estos estudiantes son los primeros de sus familias en graduarse de la escuela secundaria
Foto de archivo de la Universidad de California en Northridge. Crédito: Emilio García | Impremedia
Mientras somos testigos de las redadas migratorias en las noticias y escuchamos la aguda retórica desde los más altos niveles del gobierno que alimentan la ansiedad en todo el país, no es de extrañar que la juventud inmigrante se sienta atacada.
Pero mi mensaje para los jóvenes inmigrantes y sus familias es simple: las escuelas públicas chárter de California son lugares seguros donde pueden continuar su educación. Es nuestro deber servir a cada niño, independientemente de su raza, etnia o estatus migratorio.
De hecho, las escuelas públicas chárter de California están ofreciendo una poderosa contra-narrativa – una de posibilidades, resiliencia y logros.
Ninguna escuela lo encarna mejor que Collegiate Charter High School of Los Angeles, situada en Boyle Heights. Este año, todos los estudiantes del último grado fueron aceptados en una universidad de cuatro años. Así es, el 100 %.
Esa estadística sería impresionante para cualquier escuela secundaria. Pero en Collegiate, donde el 97 % de los estudiantes son latinos y el 98 % proviene de familias de bajos ingresos, es sencillamente extraordinario.
Muchos de estos estudiantes son los primeros de sus familias en graduarse en la escuela secundaria, por no hablar de asistir a la universidad. Para los estudiantes inmigrantes y los aprendices de inglés, este logro representa algo más que un éxito académico: es una declaración de que pertenecen, que son capaces y que su futuro no tiene límites.
El director ejecutivo de Collegiate, Ted Morris, atribuye la alta tasa de aceptación universitaria de la escuela a un enfoque claro e intencional. La escuela invierte en los estudiantes en varios niveles, empezando por garantizar que los docentes y el personal reflejen los antecedentes culturales y lingüísticos de los estudiantes a los que sirven.
“El idioma no debe ser la barrera que te impida acceder a tu futuro”, afirma Ted. “Todos nos beneficiamos de una mejor educación. La educación crea un futuro mejor y una sociedad mejor. La democracia depende de una base ciudadana educada”.
Pero Collegiate ofrece más que apoyo académico. La escuela entiende que los estudiantes y las familias a menudo enfrentan desafíos emocionales, financieros y culturales. Por eso han creado un modelo holístico que prioriza el bienestar socioemocional, la participación familiar y una orientación universitaria personalizada.
Adriana Hernández, profesora de español en Collegiate, llegó a Estados Unidos desde México cuando tenía 15 años. Ahora utiliza su experiencia para apoyar e inspirar a sus estudiantes.
“Sé por lo que están pasando”, dice. “Comparten conmigo sus historias: huyen de la violencia, cruzan fronteras y vuelven a empezar. Pero están llenos de determinación”.
Adriana es más que una profesora: es una mentora y un modelo a seguir.
“Nuestros estudiantes vienen de otros países y se están educando. Van a servir a sus comunidades. Tengo estudiantes que quieren ser doctores, que quieren ser abogados de inmigración. Quieren retribuir”.
Una de esas estudiantes es Gilma Orozco, una estudiante del último grado aceptada este año en CSU Fullerton, CSU San José y UC Santa Bárbara, entre otras. Su sueño es convertirse en fisioterapeuta.
“¡Lo logré!” dice con una gran sonrisa. “Me siento apoyada en Collegiate. Me siento cómoda hablando mi primer idioma, el español, y aprendiendo inglés”.
Este tipo de entorno no sólo produce graduados que van a la universidad, también genera confianza, propósito y liderazgo.
Héctor Alvarado, director de programas y experiencia escolar de Collegiate, dice que el día de la graduación es uno de los momentos más emotivos del año.
“Estallo de orgullo cada vez”, dice. “Estos estudiantes tienen ahora a posibilidades ilimitadas gracias a una educación universitaria”.
El éxito de Collegiate no es una historia aislada, sino que forma parte de una tendencia más amplia en todo el estado.
Según el informe 2024 de la Asociación de escuelas chárter de California (CCSA por sus siglas en inglés), Retrato de un movimiento: Cómo las escuelas públicas chárter de California están preparando a los estudiantes para la universidad y las carreras (disponible en inglés), 135 escuelas chárter están enviando constantemente a mayores proporciones de graduados de bajos ingresos, afroamericanos y latinos a universidades de cuatro años que el promedio estatal.
Los datos son elocuentes: Las escuelas públicas chárter envían más del doble del porcentaje de aprendices de inglés y estudiantes con discapacidades a la Universidad de California (UC) y la Universidad Estatal de California (CSU) en comparación con las escuelas públicas tradicionales. Estas escuelas chárter integran la preparación para la universidad y la carrera profesional en el plan de estudios, ofrecen apoyo individualizado y -quizás lo más importante- creen en sus estudiantes.
Cuando creamos escuelas que valoran las experiencias vividas por los estudiantes, los encontramos donde están y los impulsamos a tener éxito, no solo cambiamos vidas individuales, sino que transformamos comunidades a través del espacio y el tiempo, y cambiamos trayectorias generacionales.
Collegiate Charter High School demuestra que cuando eliminamos las barreras y nos centramos en los estudiantes, ocurren cosas increíbles. Estos estudiantes, antes subestimados y a menudo ignorados, ahora van a la universidad, son prometedores y están listos para liderar.
Es algo de lo que todos deberíamos estar orgullosos.
(*) Myrna Castrejón es la presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de escuelas chárter de California (CCSA).